La guerra necia de l@s invencibles e ingobernables no deja de hacerse presente en la historia de la humanidad contra “la capacidad de acumulación destructiva desencadenada por un dispositivo económico-financiero que ninguna instancia internacional está en posición de regular: globalitarismo”[1]
. Mientras que los métodos represivos del poder contra la “disidencia” son cada vez más sofisticados, mantenerse sólo a la defensiva no es nuestra única opción, pasar a la ofensiva es necesario, como dice Bonanno, y con creatividad si no queremos ser rebasad@s por el enemigo capital.
Ante los daños de esta guerra se van creando formas para solidarizarse con l@s caíd@s, lastimad@s o encerrad@s que luchan por la emancipación de la humanidad, el pensamiento anticarcelario en general es vital en esa lucha. La CNA es una importante y valiosa muestra de ello; en su decimo aniversario quiero agradecerles por la solidaridad que me han brindado a mí y a much@s compañer@s pres@s anarquistas y no anarquistas desde aquel 2004. Encontrar personas que no te hacen a un lado por ser anarquista a la hora de dar apoyo y solidaridad nos demuestra que no estamos sol@s y nos ayuda a no sufrir el encierro en soledad como lamentablemente pasa con much@s pres@s.
Hoy en las cárceles vivimos la creciente sobrepoblación y desesperación por el castigo que recibimos l@s pobres, disidentes y excluid@s que llenamos estos lugares, donde nos condenan a ser productos que generan ganancias para el capital y nos desquician con la tortura del encierro, es por todo esto que las cárceles son una bomba de tiempo, se avecina una huelga salvaje[2]
que las destruirá y por lo tanto habrá una fuga masiva, ¿no se cree que esto sea posible con la fuerza de 12 mil presos en cada cárcel? Al vivir en carne propia la experiencia de estar dentro de este aparato de muerte, podrido de raíz, un@ dimensiona lo que en realidad es la cárcel; es fácil darse cuenta que la readaptación social es una absurda farsa y sólo es un “mercado de castigo” que nos consume poco a poco. Ante esto, la fortaleza humana suele demostrar su impresionante e inquebrantable fortaleza, que el Estado busca destruir puliendo sus métodos de represión, pero no creo que puedan. Tod@s l@s pres@s buscamos nuestra libertad, ¡alcancémosla! No dejemos que la muerte nos espante más que la ausencia de la verdadera vida.
Anarquía, salud y revolución social
Mario
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